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  • Foto del escritorLa Mosca Luminosa

HAY FEMTIVAL

Por: Margarita Villada | Comunicadora Social - Periodista.


El motivo de esta columna trasciende un viaje personal realizado por Margarita Villada, ella asistió a una jornada del Hay Festival Cartagena 2023 y se encontró con un evento literario que se escribe con M de mujer. Su experiencia enciende las luces sobre la escritura, la gestión literaria, y el caracter femenino de las letras.

Fotografía de la autora. Hay Festival 2023.

¿Cartagena es hombre o es mujer?, preguntó Margarita García Robayo a David Lara en uno de los conversatorios del Hay Festival Cartagena 2023, pero él en su calidad de moderador decidió no responderle. Para mí el tema no quedó cancelado ahí, al contrario, me siguió dando vueltas en la cabeza, no solo por la omisión de David, sino, sobre todo, porque la pregunta quedó flotando en el Salón Santa Clara, recinto emblemático de la ciudad que, cuando no es escenario de eventos culturales como el Hay Festival, sirve de salón para las bodas más ostentosas del Jet Set del país, como muchos otros escenarios de la heroica. Entonces, trato de responder la pregunta, pero, con contrastes como su historia de más de 400 años, la desigualdad social, su vocación comercial, cultural, vacacional y casamentera no logro dar con una respuesta que sea clara para mí o para cualquiera que se acerque a esta columna con el ánimo de resolver la duda, lo que sí puedo afirmar es que en esta oportunidad el Hay Festival, con su mayoría de edad, tuvo carácter, energía, contundencia y presencia femenina, la cual pudo respirarse en todos los detalles.


Para confirmarlo, basta con relatar una sola jornada de su programación: el viernes 27 de enero, que de principio a fin tuvo como protagonista a las mujeres. Este fue el caso del Teatro Heredia, o Adolfo Mejía, en el que hizo apertura la escritora italiana Giovanna Giordano, y al final del día, tuvo como invitada especial a nuestra querida Andrea Echeverri, quien ofreció un precioso concierto muy a tono con la línea académica del Festival.


De Giovanna Giordano no conocía su obra, y por este mismo motivo quise acercarme y escucharla en una conversación que estuvo interrumpida por los constantes aplausos (a mí modo de ver, empalagosos). Sin embargo, me quedé con la sonoridad de su acento italiano, su insistencia en el deseo de volverse a enamorar, y el erotismo por el mundo como emoción predominante en el proceso de escritura de su más reciente novela “Vuelo mágico”(Periférica, 2022), por la que me interesé a raíz de un personaje que me enterneció: un papagayo parlanchín. De esta charla quiero destacar la mención realizada por la autora a su agente literaria, Sandra Pareja; lo que no es usual en los eventos literarios, por lo menos en los muchos a los que he tenido la oportunidad de asistir u organizar en los últimos años. Esto tal vez obedezca a la novedad de esta figura o simplemente, porque se trata de uno de los oficios que rodean el libro que al día de hoy sigue en la sombra, y por lo mismo, es necesario que se reconozcan y visibilicen en espacios como éste, pues, aún en nuestro tiempo sigue siendo Carmen Balcells, y no por poco el gran referente en esta materia, al ser la mujer que estuvo al frente del éxito de importantes plumas de la literatura en lengua española. Seguramente, pienso, su Agente Literaria también se caracteriza, como Bacells, por su generosidad, talento, inteligencia y el tacto necesario para hacer de dicho oficio, y el de la escritora, una fuente de inspiración para aquellas mujeres que han considerado un camino en el mundo de la literatura.



Con el calor despiadado del medio día y la brisa que refresca la cara, pero que también levanta las enaguas, me dirijo corriendo como es característico en estos festivales a otro de los recintos reconocidos por acoger importantes eventos: El Centro de Convenciones Getsemaní, ubicado en el colorido y bohemio barrio que lleva su mismo nombre. Allí el encuentro fue con una de las invitadas destacadas por la organización del Festival, la escritora inglesa Bernardine Evaristo, primera mujer negra en recibir el Premio Booker 2019 con el libro: “Niña, mujer, otras” (ADN Alianza), que considero de imprescindible lectura. Si bien, esta actividad, como ya es conocido el formato del Hay Festival, fue de tan solo 1 hora, la sentí como toda una cátedra; con un nivel de contenido y profundidad que todavía estoy asimilando. Creo que no solo la invitada, quien es evidentemente una mujer muy interesante por su obra, y ante todo por su historia de vida, le otorgó gran valor a la conversación, sino también, la moderadora Aurora Vergara, quien supo darle una buena dirección a la charla con una participación activa, modesta y precisa.


Para continuar con la jornada hago una pausa para el almuerzo, en el que más que darme un tiempo necesario para saborear y reposar la comida, me concentré en digerir las ideas que me dejó esta última conversación, logrando vaciarme un poco y disponerme para el menú cultural de la tarde y la noche.


Teatro Heredia. Foto de la autora.

Vuelvo al lugar en el que comenzó este texto: El Hotel Santa Clara, escenario del conversatorio con el que tenía mayores expectativas al reunir tres escritoras del Caribe en el mismo panel: Margarita García Robayo, “La encomienda” (Anagrama, 2022); Teresita Goyeneche, “La personalidad de los pelícanos” (Tusquets, 2022) y Daniela Sánchez Russo, “Vigilia” (Tusquets, 2022). De las tres, Margarita, para mí la más conocida, y por ello, mi interés en escuchar a Teresita y a Daniela, buscando aproximarme a sus voces y propuestas literarias. Muy interesante y su vez inesperado el curso que tomó la conversación denominada: Barranquilla y Cartagena, urbes de una memoria dolorosa y festiva, que permitió ir desde el espacio íntimo: la casa materna, a los círculos sociales, al espacio público, la calle, y desde allí reflexionar sobre los asuntos más instalados en la cultura de las ciudades de las que son hijas estas autoras. En esta conversa, además de hablar de sus fiestas y carnavales, así como de las marcadas diferencias sociales, hubo por supuesto un espacio para mencionar sus referentes literarios: como Marvel Moreno y Lucía Berlin, escritoras que habitan desde hace ya un tiempo mi biblioteca, y quienes comparten un éxito póstumo al ser visibilizadas hasta hace muy poco, convirtiéndose en voces potentes y vigentes para las reflexiones que rodean nuestros días.


Andrea Echeverri y su homenaje a Florence Thomas. Foto de la autora.

Este viernes literario finalizó con música, más que para bailar para pensar. El Teatro Heredia estuvo repleto (casi me quedo sin boleta), tuve que dejar la solicitud en la lista de deseos que acostumbra llevar el Festival para aquellos eventos más taquilleros, con la fortuna de que, como regalo de cumpleaños, logré conseguir mi entrada, teniendo el privilegio de ver después de muchos años a la rockera más internacional de nuestro país, ya más madura y como siempre, contestataria frente a un sistema asfixiante y machista. Esperaba encontrar en este concierto algunos contemporáneos que fuimos educados por sus canciones pero no, como fue casi todo el público del Hay Festival, el teatro estaba ocupado por cincuentones intelectuales, muy elegantes, que tal vez, sin haber seguido la carrera de Andrea se dejaron revolcar la cabeza con sus letras, que son poesía y protesta; desde sus palcos no dudaron en cantar y bailar éxitos como “El Estuche” y otro par de canciones de su memorable repertorio. Yo, en particular, más que revivir épocas de pogos y conciertos, quedé flechada con el mensaje-homenaje de la Florecita Rockera para la “Florence” (Thomas), que me llegó directo al alma de fem a fem.



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